26/05/2025
La turbulenta historia de amor de Emmanuel y Brigitte Macron: ella era su profesora, él tenía 15 años y el escándalo sacudió a la elite de Francia

Fuente: telam
Se conocieron cuando el ahora presidente francés era un adolescente brillante. Ella, era su maestra de teatro de 40 años, casada y madre de tres hijas. Cómo el romance clandestino fue una “bomba” que estalló en el colegio jesuita La Providence de Amiens
>En el corazón de Amiens, en el norte de Corría el año 1993. En el exclusivo colegio jesuita La Providence, Allí conoció a En ese escenario de teatro ordenado apareció Emmanuel, un alumno atípico: culto, precoz, seductor en escena y obsesionado con las letras. Ella tenía 40 años, él apenas 15.
La relación comenzó en secreto durante los ensayos de una obra de Eduardo De Filippo. Fue un vínculo intelectual, casi literario, según ambos relatarían años después.Las consecuencias fueron inmediatas. Según reseñó Paris Math, el colegio recibió denuncias anónimas. Las familias, tanto la de Brigitte como la de Emmanuel, fueron señaladas en el barrio. La casa de los Trogneux recibió escupitajos en la puerta. Los padres del joven, Jean-Michel Macron y Françoise Noguès, ambos médicos, reaccionaron con fuerza: lo sacaron del colegio y lo enviaron a París.
La intención era clara: interrumpir la relación y evitar un escándalo público irreversible.Ella no solo arriesgaba su reputación, sino también su carrera y libertad. Aun así, decidió resistir: continuó dando clases, se separó lentamente de su esposo y perdió parte de su círculo social, como recoge la biografía Brigitte Macron, l’Affranchie de Maëlle Brun.
La familia Trogneux la condenó al ostracismo. Solo le ofrecieron una advertencia: si seguía adelante con el joven Macron, no podría formar una nueva familia. Pero Brigitte ya lo había decidido. El precio a pagar era altísimo. “Cuando lo conocí, estaba hecha un lío. Dentro de mí había un huracán. Emmanuel fue ese huracán”, contó ella tiempo después.Por su parte, Emmanuel, aún adolescente, mantuvo la fe. Le escribió cartas, la llamaba todos los días, seguía consultándole sus escritos y planeaba el reencuentro. Al igual que Julien Sorel en la novela Rojo y Negro o un personaje de Balzac, le prometió volver. Y así fue.Antes de marcharse, Emmanuel lanzó una promesa que marcaría su destino: “No te desharás de mí. Volveré y me casaré contigo”. Brigitte, desgarrada, creyó que la distancia y el tiempo extinguirían la pasión. Pero el joven no olvidó. Lo repitió durante años. Y cumplió.Ella nació en el seno de una de las familias más respetadas de Amiens, ciudad burguesa del norte de Francia. Su padre, Marc Trogneux, dirigía un imperio chocolatero con tiendas en todo el país.Pero la vida de Brigitte dio un giro radical cuando conoció a Emmanuel. Contra todo pronóstico, rompió con su entorno, su matrimonio y el guion tradicional reservado a mujeres de su generación. Tras divorciarse en 2006 y casarse con Macron en 2007, Brigitte reinventó su vida en París. Enseñó literatura, historia y latín en colegios como Saint-Louis de Gonzague, al tiempo que acompañaba a su marido, primero en la banca, luego en política.
Con el tiempo, se volvió una figura omnipresente pero discreta. Rechazó protagonismo político formal, pero se convirtió en la principal asesora no oficial de Macron. Él mismo lo reconoció en su libro Revolución: “Ella fue la valiente. Lo dejó todo por mí. No me amaba por lo que tenía, sino por lo que era”.En el corazón del poder francés, Brigitte es la “parte no negociable” de Emmanuel Macron, como él la llamó la noche de su victoria en 2017.
Aunque nunca ocupó un cargo formal en la estructura política de En Marche!, Brigitte Macron ha sido desde el inicio una pieza central en la vida pública y política de su esposo. Su papel ha sido el de estratega emocional, correctora de discursos, gestora de imagen y compañera de ruta en cada decisión trascendental.Más tarde, cuando Macron inició su carrera profesional en la banca Rothschild, ella equilibró su trabajo como docente con una creciente implicación en su entorno profesional.
En 2015, dio un paso clave: pidió licencia del Ministerio de Educación para dedicarse a tiempo completo a su marido.
Brigitte también fue crucial para acercarlo a sectores culturales e intelectuales. Según Ouest France, lo conectó con figuras como Pierre Arditi, Stéphane Bern o François Berléand, ampliando su capital simbólico más allá de la tecnocracia. Ella también lo ayudó a perfilar una imagen más cálida y cercana, vital para un candidato joven y poco conocido.
Era su gran ayuda. Le señalaba si usaba palabras complicadas, si sus textos eran aburridos o si su tono debía ajustarse. Nunca buscó protagonismo, pero Macron lo dejó claro tras su victoria: “sin ella, yo no sería quien soy”.
Desde que Emmanuel Macron emergió en la escena política, su historia con Brigitte ha sido objeto de ataques constantes, chismes maliciosos y burlas de corte sexista, tanto en redes sociales como en medios tradicionales. Lejos de esconderse, la pareja ha hecho frente a cada ola con una mezcla de sobriedad, ironía y estrategia mediática.Uno de los primeros embates surgió cuando se divulgó una teoría de conspiración según la cual el presidente mantenía una relación secreta con Mathieu Gallet, entonces presidente de Radio France.Más persistentes han sido los ataques centrados en la diferencia de edad entre ambos. Mientras que las relaciones entre hombres mayores y mujeres jóvenes rara vez escandalizan, el caso inverso provocó titulares como “una cougar en el Elíseo” o “Barbie Sénior”. Algunos medios y humoristas se refirieron a Brigitte como la “abuela del presidente” o hicieron parodias sobre su papel maternal.
Anoche al llegar a Vietnam, el presidente Emmanuel Macron recibió unEl hecho, interpretado por muchos como una muestra de conflicto marital, eclipsó momentáneamente los objetivos estratégicos del mandatario en su primera visita oficial a Vietnam.La viralización del gesto de Brigitte Macron generó un revuelo que la presidencia francesa intentó calmar con rapidez.
Otra fuente del entorno presidencial intentó despolitizar el momento, describiéndolo como un gesto íntimo y humorístico: “Se estaban desestresando antes del viaje bromeando”, aseguró ante periodistas. La misma voz acusó a cuentas prorrusas de amplificar el incidente con intenciones maliciosas, buscando dañar la imagen del mandatario francés en plena gira asiática.
Fuente: telam