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16/11/2025

El joven que escuchaba tras una puerta entreabierta: Leandro Illia recuerda desde adentro el gobierno y la caída de su padre

Fuente: telam

Tenía menos de veinte años cuando presenció decisiones que marcaron la breve presidencia de Arturo Illia, entre 1963 y 1966. En un libro que acaba de salir repasa desde la anulación de los contratos petroleros hasta el día en que los militares ingresaron a la Casa de Gobierno

>¿Se parece? Imposible no mirar a Leandro Illia y buscar en él los rasgos de su padre, Arturo, ese presidente argentino que en la memoria quedó como un símbolo de la democracia y, también, de sus complicaciones. Acá está el hijo para contar, en Arturo Illia. Mi padre, un libro que acaba de publicar, que el político radical planteó un programa económico con soberanía nacional dentro del marco del capitalismo. Pero, se sabe, las cosas no fueron fáciles, sus adversarios lo apodaron “la tortuga” y un golpe militar encabezado por Juan Carlos Onganía lo derrocó en junio de 1966. Leandro estaba ahí.

-¿Dónde?

-En la Casa de Gobierno con mi padre. Esa noche, el 28 de junio, estuve desde las siete de la tarde. Estábamos, con los ministros y con mucha gente amiga. Entraron tres o cuatro generales y coroneles. Mi viejo los sacó volando. “Salteadores nocturnos”, los llamó. Y después, el único que hizo ostentación de armas fue (el coronel Luis) Premoli. Yo lo quise tirar por la ventana, le decíamos “cobarde, basura”, y de todo, te imaginás. Me agarraron, nos separaron. Mi viejo los echó. Y después, como a las seis, siete horas, entra (Luis César) Perlinger, que es el que trae la policía y nos desaloja.

Ahora que es grande, Leandro Illia recibe a Infobae en el living de su casa, en el barrio de Belgrano. Va a la cocina, calienta el café. En un rato mostrará algunas de las fotos del aparador: su padre en funciones, su madre, él mismo, muy jovencito.

-¿Y cómo siguió la vida después del golpe? ¿Con amargura?

- No, mi viejo era un tipo muy íntegro, muy valiente. ¿No te digo que los sacó zumbando? A uno le dijo: “Usted es un cobarde que mano a mano no se atrevería”. Y, cuando salimos, le digo: “¿Y dónde vas a ir, papá?” Si no teníamos ni un metro cuadrado nosotros en Buenos Aires... No teníamos casa. Se fue a lo de su hermano y yo a lo de unas tías.

-Es habitual que se recuerde a su papá por la honestidad, pero usted en el libro va más allá de eso.

-Se puede ser honesto y mal presidente.

-¿Qué es lo que no sabe nadie del gobierno de Illia?

-Tampoco se conoce mucho su encuentro con Perón en Alemania.

-Hasta estuvo preso.

-¿Y Perón?

-No congeniaron.

-¿Y se volvieron a encontrar?

-En el libro se ve que usted anda mucho por la Rosada, en cosas de gobierno... ¿Por qué? ¿Era asistente de su padre?

-¿Por qué lo votaron a su padre? ¿Para que hiciera qué?

-El peronismo proscripto.

-Aunque el voto en blanco hizo una gran elección, lo leí en su libro.

-Entonces... ¿lo votaron para que llevara adelante su plataforma? Plantea por ejemplo la derogación de toda represión a actividades política y gremiales, además de la denuncia de los acuerdos “que subordinan el manejo de la economía nacional a decisiones del FMI” y la “nulidad de los contratos petroleros y eléctricos”. También protección a la industria nacional y sustitución de importaciones...

-Pero eso generó un ruido con Estados Unidos.

-Le pregunté por qué lo habían votado. Ahora le pregunto por qué lo derrocaron.

-¿Cómo se imagina a su padre en la política de hoy?

Fuente: telam

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